27.02.2019
¡Estoy de regreso!. Finalmente, luego de un par de meses y algunas dificultades técnicas, pude estrenar mi horno nuevo. Ahora si mi taller pastelero cobra nueva vida, quedó todo instalado y funcionando de maravilla.
Me moría por estrenarlo, ahora debía elegir la receta “inaugural”. Por ser la primera vez, no podía ser otra que la primera que aprendí en el primer curso de pastelería que hice.
Budín húmedo de limón fue la elegida, una preparación deliciosa, sencilla pero refinada y definitivamente infalible, porque siempre sale bien y a todos les encanta. Y como hoy se trata de primeras veces, este es entonces el primer post en el que compartiré con ustedes una magnífica receta.
Aunque parece algo simple, estrenar horno es un reto. A este punto, luego de varios años acostumbrada a un horno casero que me daba excelentes resultados y al que ya le conocía los trucos, al enfrentarme a mi primer horno profesional, todo podría salir mal, pero no fue este el caso. Aquí está entonces la receta para superar los nervios…
Para el budín:
3 huevos
175 gr de azúcar
75 gr de crema de leche tibia
130 gr de harina de trigo
3 gr de polvo de hornear
Ralladura de 2 limones
50 gramos de mantequilla fundida y fría
Para el glaseado:
100 gr de azúcar pulverizada
Jugo de medio limón
La preparación:
Precalentar el horno a 170°C. Preparar el molde engrasándolo con mantequilla de forma homogénea y luego aplicar una capa muy fina de harina, esto es para evitar se pegue. (En un próximo post les enseñaré la forma adecuada de preparar los moldes para que las tortas y bizcochuelos salgan perfectos).
En un bowl mezclar los huevos, la ralladura de los 2 limones, la crema de leche, el azúcar y la mantequilla fundida. Pueden hacerlo con batidora, o a mano con un batidor de globo -es fácil-, hasta que la mezcla luzca un poco pálida y todos los ingredientes estén integrados (a este proceso se le llama blanquear).
Luego agregar la harina y el polvo de hornear cernidos, en dos tandas, y con ayuda de una espátula, incorporar los ingredientes sin trabajarlos demasiado, apenas que quede bien mezclado. Finalmente, verter la preparación en el molde y llevar al horno por unos 30 minutos.
Cuando esté frío, se desmolda y se baña con un glaseado hecho con el azúcar pulverizada y el jugo de limón.
¿Cómo saber si está listo? Debes estar atento al color, que no se vea muy dorado. Al cabo de 25 o 30 minutos abre tu horno e introduce un palillo en el bizcochuelo. Si al sacarlo sale limpio, ¡ya está!
En pastelería si bien las proporciones de las recetas son un tema calculado y estandarizado, hay muchas variables que controlar, una de ellas es justamente el horno, por ello en los programas de televisión y en escuelas de gastronomía, brindan información de un tiempo y una temperatura estimados pero siempre con la aclaración “depende de tu horno”…
Anímense a probar el suyo con esta receta, observen todo el proceso a través de la ventanita, vayan tanteando y disfrutando cómo ocurre la magia.
En mi caso, aún teniendo varios años de experiencia sigo probando y sigo aprendiendo; algo podría fallar en el estrene pero tanto el horno, como la receta se portaron a la altura.
El resultado: divino y delicioso. La conclusión, mi nuevo horno, junto con mi batidora, comparten hoy el primer lugar en mi top 10 de objetos favoritos… qué le voy a hacer, SOY PASTELERA :-)
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