22.09.2021
Nada como estar bien contigo misma(o) y que bien viene a veces un cambio de estilo, que refleje cómo te sientes...
Hace 3 o 4 años años esta foto habría sido impensable por muchas razones, primero porque cargaba con las etiquetas que me asignó el mundo corporativo, y también algunas complejidades que trajo consigo la vida adulta; pero además porque tenía como 20 kilos de más encima a causa, entre otras, de la presión y el estrés de ese momento de mi vida, (así que en una foto así me habría visto fatal porque así me sentía).
El ser la jefe de X dependencia, trabajando en la compañía X súper reputada, donde tenía que cuidar cada cosa que opinaba, que decía, incluso como lucía, o lo que publicaba (porque de hecho me espiaban), era como una pequeña censura porque ¿qué podrían pensar de mí, o cómo lo podrían interpretar y cómo eso podría afectar mi trabajo?...
Había una imagen que cuidar, que ni siquiera era la mía, era la de ese rol en ese entorno, en ese momento de la vida... en mi cotidianidad debía ser la más puesta y jugar a un personaje que superaba como en 20 años mi verdadera edad y que se abstenía de muchas cosas por compromiso...
Con el tiempo me di cuenta de que la marca más importante que debo cuidar, mostrar y representar con orgullo y con toda la seguridad, es la propia, por eso hoy soy reflejo de mí misma y de las decisiones que he tomado para ser feliz. Soy el reflejo de mi marca personal, que es amorosa, aún a veces tímida pero mucho más arriesgada, menos temerosa, es sensual, vivaz y divertida. Es mucho más desinhibida, aunque a veces un poco desconfiada, pero siempre apasionada, muy sentimental, con una sensibilidad especial y con mucha urgencia de vivir.
No quiere decir que no hubiera sido yo misma en ese entonces, pero siempre debí ser muy cautelosa y un poco contenida con lo que decía, lo que mostraba, lo que hacía, cómo respondía, para no afectar esa imagen, no herir susceptibilidades, ni lesionar egos. Debía ir además al paso que la gran empresa marcaba, o sea muy lento y burocrático, y que era además tan demandante que se volvió el centro de todo. Eso me impedía descubrir muchas facetas que hay en mí.
Pero hoy ya no cargo con ese peso (en sentido figurado y también literal), entonces ¿por qué no mostrarme un poco más? Hoy esta foto es posible porque viajo ligera por la vida, amando todo lo que soy, disfrutando mis pasiones, coleccionando momentos con personas entrañables, cultivando mis sueños, cuidando mi cuerpo y mostrándome tal cual como soy, con ganas de comerme el mundo, sola o con quien verdaderamente me quiera acompañar en mis aventuras... he encontrado la belleza en la felicidad y en las cosas más simples.
Soy lo que siempre fui, pero ahora que estoy trasegando por la que considero la mejor década de la vida (los 40’s), me siento fuerte, valiente, bonita, libre, sin tener que representar a nadie más que a mí misma.
Soy lo que quiero ser, decidí que ya no existe la pena y que no importan las heridas, los tropiezos, las decepciones o los fracasos, nada me derrumbará, solo me estoy haciendo más fuerte para seguir entregando siempre lo mejor de mi a quien desee recibirlo y lo pueda necesitar, eso en mí JAMAS cambiará… por eso nada me define mejor que Amor de Dulce, y lo que ves hoy es lo que hay, una mujer real que hornea sueños día a día.
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